Síguenos en TwitterSíguenos en Facebook

martes, 23 de noviembre de 2010

El fútbol venezolano fue el gran perdedor



“Papi, cuando lleguemos a casa le contamos a mamá, lo que pasó en el estadio”, le decían dos niños a su padre en la tribuna al finalizar el encuentro entre Caracas y Petare, pero rápidamente el señor le replicó: “no digan nada, porque sino su madre no nos dejará volver al estadio”. 

En esa frase está contenido mucho de lo que se perdió con lo ocurrido el domingo durante el empate a dos entre los dos conjuntos capitalinos, porque indudablemente después que eso pasó, como alguien puede pedirle que vaya a un estadio, donde los organismos en vez de controlar, son los encargados de agredir de manera brutal. 

¿Qué inicio todo? 

Las versiones sobre el comienzo de lo ocurrido son diversas: una retaliación por un problema anterior entre policías y la fanaticada “roja” o que un efectivo había sido agredido por dicha afición, y por eso fueron a agredirlo no da razón a la desmedida represión. 

Se demostró que los organismos policiales no están preparados para este tipo de hechos en un espectáculo público, ya que lo único que están acostumbrados es a la represión. 

No es posible que disparen perdigones, arranque los asientos y lo utilicen para agredir, y además golpeen a todas las personas en el estadio, entre ellos muchos niños y personas mayores que se vieron involucrados en medio de este tipo de espectáculo. 

Indudablemente, esta situación aleja a los fanáticos, a los niños que fueron con ilusión a un partido, un hecho muy triste que es un paso atrás para nuestro fútbol. 
Share on :
 
© Copyright Clarín Deportivo 2012 - | Adaptada para Blogger.com.
Plantilla Diseñada por Jackson A. Gómez Rojas