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viernes, 22 de abril de 2011

Era su espina clavada en el Real Madrid de su corazón. Su gran objetivo. El reto que pasó a un segundo plano para el club en los últimos tiempos, pero que para Iker Casillas siempre tuvo máxima importancia. Él, que vio a Raúl González y José María Gutiérrez 'Guti' marcharse sin ganarla, ya puede presumir de cerrar el círculo. Lo ha ganado todo. 

En los 18 años que el Real Madrid ha pasado sin conquistar la Copa del Rey, un canterano ha ido creciendo hasta convertirse en el héroe de la final. Es Casillas, que siempre se guarda para las citas decisivas alguna intervención salvadora. 

De las tres que ayudaron al Real Madrid a frenar la hegemonía del Barcelona, una pasará a la historia. Cuando su gran enemigo dominaba en la segunda parte y le exigía a sacar a relucir su mejor versión, rozó con la yema de sus dedos el esférico. Voló para que su guante desviase un disparo envenenado de Andrés Iniesta que se colaba en la portería ajustado a su palo izquierdo. 

Son las acciones que engrandecen su leyenda. Casillas siempre aparece cuando su equipo lo necesita. Comenzó a forjarse con la final de la 'Octava' Liga de Campeones. Sustituyó a César Sánchez para salvar el triunfo. Clave con la selección española en la conquista de la Eurocopa y el Mundial. Los penaltis de cuartos ante Italia. Los manos a manos con el holandés Arjen Robben en la final de Sudáfrica. Y ahora en la Copa del Rey. 
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