Los hinchas del Benfica, calientes por la eliminación en la Europa League, se la agarraron con la policía de Braga y con las butacas de un estadio que le dio a su creador, Eduardo Souto de Moura, el premio Nobel de Arquitectura 2011. Una barbaridad.
Se llama Pritzker, premio Pritzker. Es un galardón que, en el rubro arquitectura, cuentan los que saben, los que lo otorgan y los que los reciben, equivale a un premio Nobel. O sea, el Pritzker sería el Nobel de Arquitectura. Y este año, 2011, el Pritzker fue para un arquitecto portugués, Eduardo Souto de Moura, gracias a una vieja obra, que data de 2004. Fue por un trabajo desarrollado durante tres décadas donde se combinó la modernidad “con los ecos de la tradición”, según argumentó el jurado antes de entregarle a Souto de Moura 100.000 dólares como galardón simbólico. La obra se trataba, ni más ni menos, del Estadio Municipal de Braga, que ayer fue destruido parcialmente en una batalla entre policías e hinchas del Benfica…
El estadio fue construido en la cantera del Monte Castro, que domina la ciudad, con asientos únicamente sobre los laterales. Detrás de un arco se ven las paredes de roca de la cantera y, sobre el otro, una panorámica de Braga. A su vez, ambas plateas están cerradas por un techo que las une con cientos de cables de acero. Es decir, una obra maestra de la arquitectura que fue destrozada en una semifinal de Europe League por ciudadanos del mismo país…
Su costo fue de 83 millones de euros y tiene una capacidad para 30.154 espectadores sentados. Los hinchas de Benfica, enojados por la eliminación de su equipo, tuvieron un duro cruce con la policía, dentro y fuera de la cancha, que implicó butacas arrojadas al vacío y varias prendidas fuego…
Para los destructores del premio Nobel, vaya el premio Chenemigo, claro.