El técnico Oscar Tabárez, el capitán Diego Lugano, el portero suplente Juan Castillo, Martín Cáceres y Diego Scotti fueron algunos de los representantes del grupo que fueron recibidos por el presidente del país, José Mujica, en la casa de gobierno. Algunos como Diego Forlán, Egidio Arévalo Ríos y Alvaro Pereira dejaron el país y volvieron a sus clubes o empezaron vacaciones.
Una multitud se agolpó desde un par de horas antes de la ceremonia para vivar a los jugadores y técnicos, que consiguieron la decimoquinta copa de la historia, convirtiendo al país en el que más ganó ese torneo continental.
El secretario de la presidencia, Alberto Breccia, dijo que "el reconocimiento no fue tanto por el logro deportivo, sino por el camino recorrido para ese logro". Y repitió palabras de Tabárez: "Lo importante es el camino".
Tabárez agradeció la distinción, en nombre de todo el grupo, porque "todos se pusieron la camiseta", lo que significa "realizar la tarea que le corresponda a cada uno, con seriedad, respeto y profesionalidad", subrayó.
El técnico uruguayo expresó que el impacto de esta conquista deportiva "superó lo imaginado" e incluso dijo que fue "superior a lo ocurrido el año pasado, tras el Mundial de Sudáfrica".
"Ahora estamos viviendo un momento extraño. Cuesta un poco volver a la rutina después de 24 días de total concentración en Argentina", pero "hay que dejar allí la Copa América y ponerse a trabajar" porque se vienen las eliminatorias mundialistas, en octubre.
Estuvieron también Sebastián Bauzá, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Héctor Lescano, ministro de Deportes y Turismo, y otros altos funcionarios del gobierno.
