Un solitario gol de Rafael Robayo, a siete minutos de final, le bastó a Millonarios para superar este miércoles a Chicó en Tunja y pegar primero en el juego de ida de la final de la Copa Colombia.
El volante, quien ayer ofició de capitán ante la ausencia del zaguero central José Hermes Mera, en gran jugada individual, eludió un rival al borde del área y tan pronto ingresó a las 18, supo en qué momento definirle cruzado al arquero Cristian Bonilla, quien a esa altura se destacaba como el mejor del local.
El equipo bogotano dio así un paso en firme para romper el ayuno de una década sin títulos, siempre y cuando el próximo jueves 27 de octubre en El Campín, defiende la mínima ventaja obtenida en el estadio La Independencia, el cual estuvo colmado en buena parte por la afición visitante.
“Dominamos de principio a fin y por ahí en lo único que fallamos fue en la definición, pero por fortuna pudimos meter una y con esa ventaja nos vamos a Bogotá, donde será a otro precio”, advirtió el mediocampista Luis Mosquera.
Robayo por su parte, le dedicó el triunfo a su abuelo materno, fallecido el día martes en Bogotá, mientras Máyer Candelo, otro de los de nota sobresaliente en el visitante y quien fue al control antidopaje al final del compromiso, señaló que “se logró el primer objetivo que era llevarnos un buen resultado de Tunja, pero la serie no está definida y al frente tenemos un equipo de cuidado”.
El plantel albiazul regresó en la madrugada de este jueves a Bogotá, para alistar el juego frente al Pereira del sábado, válido por la duodécima jornada de la Liga II. El técnico Richard Páez utilizaría para dicho encuentro una nómina mixta, ya que preservará a varios hombres para el duelo definitivo de la final.