Las acusaciones de Yannick Noah sobre la "poción mágica" de la que se beneficiarían los deportistas españoles y su llamado a "parar la hipocresía" y autorizar el dopaje tuvo escaso eco, ya que nadie ha parecido apoyarlo.
"Estoy escandalizado con estas palabras", reaccionó este lunes Pierre Bordry, exresponsable de la Agencia Francesa de lucha contra el dopaje. "Es hacer correr a los deportistas que tomen esta poción mágica el riesgo incluso de una muerte súbita (...) y de enfermedades muy graves".
Bordry no fue el único molesto con la columna del extenista en el diario Le Monde del sábado, en la que estimó que "hoy el deporte es un poco como Astérix en los Juegos Olímpicos: si no tienes la poción mágica, es difícil ganar".
David Douillet, ministro francés de Deportes, habló el sábado de "palabras graves e irresponsables".
"Es pura provocación o pura demagogia", lanzó por su parte Jean-François Lamour, ex ministro de Deportes, doble campeón olímpico de esgrima y ahora presidente del grupo político UMP en el Consejo de París.
De hecho, nadie ha apoyado por ahora a Noah, personalidad preferida de los franceses.
Pero el revuelo ha sido mayor en España, acusada por el ahora cantante, de dominar el deporte, después de que, según Noah, "como Obélix, cayera en la marmita" del dopaje.
"Lo que ha dicho es completamente estúpido (...). Son palabras dignas de un niño", reaccionó el domingo Rafael Nadal, número dos del tenis mundial, tras su victoria en su primer partido en el Masters de Londres.
Antes, su tío y entrenador, Toni Nadal, había calificado a Yannick Noah de "persona de una honradez dudosa".
"Ignorante", manifestó el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, ante las graves acusaciones proferidas por el exdeportista.
Noah es simplemente un "irresponsable" y "envidioso", expresó el presidente de la Federación española de Básquetbol, José Luis Sáez.
Esta opinión se consideró también una alusión al hecho de que su hijo, Joakim Noah, perdiera con la selección gala la final contra España en el Eurobasket de Lituania el pasado mes de septiembre.
El pívot de los Chicago Bulls se encontró en una posición de víctima colateral por las declaraciones de su padre.
"Cuando su propio hijo juega en la NBA, donde no hay un sistema antidopaje, no es la persona más idónea para hablar", subrayó el tenista español David Ferrer, número 5 del ránking mundial de la ATP, desde Londres donde se disputa el torneo Masters.
El también tenista francés, Jo-Wilfried Tsonga, lamentó que Noah no aportara pruebas.
"Nos encantaría tener pruebas. Por el momento, es completamente falso porque no hay ninguna", manifestó el deportista galo desde la capital inglesa, tras haber presentado personalmente sus disculpas a Rafael Nadal por el revuelo provocado por el vencedor del Roland Garros de 1983.
Incluso el entrenador del Barcelona, Pep Guardiola, se mostró crítico ante la polémica suscitada por Noah. "Que presente pruebas y, si no, que se calle", respondió el técnico catalán tras la victoria de su equipo ante el Zaragoza por 4-0 el pasado sábado.
Sólo el estadounidense Bode Miller, el "niño terrible del ski alpino", triple medallista en los Juegos Olímpicos de Vancouver, podría sostener las palabras de Yannick Noah.
Miller reitera que autorizar el dopaje "sería justo puesto que significaría la igualdad de oportunidades para todo el mundo y eso no tiene nada que ver si se es bueno o malo".
"Estoy escandalizado con estas palabras", reaccionó este lunes Pierre Bordry, exresponsable de la Agencia Francesa de lucha contra el dopaje. "Es hacer correr a los deportistas que tomen esta poción mágica el riesgo incluso de una muerte súbita (...) y de enfermedades muy graves".
Bordry no fue el único molesto con la columna del extenista en el diario Le Monde del sábado, en la que estimó que "hoy el deporte es un poco como Astérix en los Juegos Olímpicos: si no tienes la poción mágica, es difícil ganar".
David Douillet, ministro francés de Deportes, habló el sábado de "palabras graves e irresponsables".
"Es pura provocación o pura demagogia", lanzó por su parte Jean-François Lamour, ex ministro de Deportes, doble campeón olímpico de esgrima y ahora presidente del grupo político UMP en el Consejo de París.
De hecho, nadie ha apoyado por ahora a Noah, personalidad preferida de los franceses.
Pero el revuelo ha sido mayor en España, acusada por el ahora cantante, de dominar el deporte, después de que, según Noah, "como Obélix, cayera en la marmita" del dopaje.
"Lo que ha dicho es completamente estúpido (...). Son palabras dignas de un niño", reaccionó el domingo Rafael Nadal, número dos del tenis mundial, tras su victoria en su primer partido en el Masters de Londres.
Antes, su tío y entrenador, Toni Nadal, había calificado a Yannick Noah de "persona de una honradez dudosa".
"Ignorante", manifestó el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, ante las graves acusaciones proferidas por el exdeportista.
Noah es simplemente un "irresponsable" y "envidioso", expresó el presidente de la Federación española de Básquetbol, José Luis Sáez.
Esta opinión se consideró también una alusión al hecho de que su hijo, Joakim Noah, perdiera con la selección gala la final contra España en el Eurobasket de Lituania el pasado mes de septiembre.
El pívot de los Chicago Bulls se encontró en una posición de víctima colateral por las declaraciones de su padre.
"Cuando su propio hijo juega en la NBA, donde no hay un sistema antidopaje, no es la persona más idónea para hablar", subrayó el tenista español David Ferrer, número 5 del ránking mundial de la ATP, desde Londres donde se disputa el torneo Masters.
El también tenista francés, Jo-Wilfried Tsonga, lamentó que Noah no aportara pruebas.
"Nos encantaría tener pruebas. Por el momento, es completamente falso porque no hay ninguna", manifestó el deportista galo desde la capital inglesa, tras haber presentado personalmente sus disculpas a Rafael Nadal por el revuelo provocado por el vencedor del Roland Garros de 1983.
Incluso el entrenador del Barcelona, Pep Guardiola, se mostró crítico ante la polémica suscitada por Noah. "Que presente pruebas y, si no, que se calle", respondió el técnico catalán tras la victoria de su equipo ante el Zaragoza por 4-0 el pasado sábado.
Sólo el estadounidense Bode Miller, el "niño terrible del ski alpino", triple medallista en los Juegos Olímpicos de Vancouver, podría sostener las palabras de Yannick Noah.
Miller reitera que autorizar el dopaje "sería justo puesto que significaría la igualdad de oportunidades para todo el mundo y eso no tiene nada que ver si se es bueno o malo".