El Gran Premio de Indianápolis, este fin de semana en el óvalo Brickyard de la mítica ciudad automovilista estadounidense, volverá a ser el escenario de la lucha entre los favoritos de MotoGP en su estrecha pelea por el título mundial de 2012 y también supondrá el regreso de las categorías de Moto2 y Moto3 tras las "vacaciones" de Laguna Seca.
Todos ellos, los favoritos, es decir, los españoles Jorge Lorenzo (Yamaha YZR M 1), Dani Pedrosa (Honda RC 213 V) y el australiano Casey Stoner (Honda RC 213 V), saben lo que es ganar en Indianápolis, pues ellos se han repartido las victorias en las anteriores edición.
Lorenzo lo hizo en 2009, Pedrosa una temporada después y Stoner el pasado año, con mejor vuelta de carrera y también la vuelta más rápida de entrenamientos.
Quien a priori parece llegar "más crecido", es el australiano, tras su excelente victoria en Laguna Seca, pero el trazado de Indianápolis no es de sus favoritos, en tanto que Lorenzo y Pedrosa parecen sentirse más cómodos en este circuito que su rival.
Y si ellos tienen el protagonismo deportivo, la relevancia mediática recae en la confirmación del futuro del italiano Valentino Rossi, quien llega nuevamente a Estados Unidos con su futuro a dos años resuelto tras la firma de un nuevo contrato con Yamaha, por lo que el nueve veces campeón del mundo volverá a ser compañero de equipo de Jorge Lorenzo.
Con su futuro resuelto, Rossi intentará acabar la temporada con la italiana Ducati de la mejor manera posible, aunque no parece que sea un objetivo fácil de conseguir por la baja competitividad mostrada a lo largo de la primera parte de la temporada por esta pareja ahora con fecha de caducidad.
El estadounidense Nicky Hayden, que sí continuará en Ducati en 2013, afrontará la carrera de una manera muy distinta, sabedor de su continuidad y de que su próximo compañero de equipo, aunque también italiano, no será Rossi, sino Andrea Dovizioso, lo que le confiere cierta responsabilidad a la hora de evolucionar el prototipo del próximo año.
La sorpresa del fin de semana tendrá color español, pues el lesionado Héctor Barberá decidió en el último momento probarse para disputar la prueba de Indianápolis apenas cuatro semanas después de haberse roto la tibia y el peroné mientras se entrenaba.
Barberá cuenta con la autorización de los médicos que le operaron en España y deberá pasar el control médico del campeonato, aunque por si no todo fuera como él mismo espera, hasta Indianápolis se desplazará Toni Elías por si debiera suplirlo al manillar de la Ducati Desmosedici de la escudería Pramac.
Este equipo podría convertirse la próxima temporada en la segunda escudería o "escudería júnior" del fabricante italiano y para ocupar esas plazas "suenan" los nombres de los británicos Cal Crutchlow y Scott Redding.