Llegó Maverick Viñales a Cheste, se subió a la Yamaha y lideró las dos jornadas de test con las que MotoGP da ya el primer mordisco al Mundial 2017. Y sus dos días de trabajo dejaron este saldo: el tiempo de 1:29.975 que firmó el miércoles le habría permitido estar en primera línea de parrilla en la carrera con la que el pasado domingo se cerró el Mundial 2016. Casi nada. El mejor modo de agitar la coctelera para la próxima temporada.
Hace un año, también en el Ricardo Tormo valenciano, los entrenamientos postemporada dejaron a Marc Márquez al frente de la hoja de tiempos. Quien acababa de proclamarse campeón, Jorge Lorenzo, se conformó con ser quinto.
Pero lo realmente jugoso de los test de este año, en los que Folger acabó como el mejor de los debutantes, es compararlos con lo que sucedió hace apenas unos días, en la calificación del GP de la Comunidad Valenciana. Y lo es especialmente por el baile de pilotos y marcas. Por ejemplo: Maverick fue capaz de rodar con la Yamaha, una moto desconocida para él, más rápido que el sábado pasado con la Suzuki (1:29.975 por 1:30.276). A punto estuvo de hacerlo Iannone, que con la Suzuki se quedó a una décima del tiempo firmado con la Ducati (1:30.599 por 1:30.420).
