Los peloteros de las Grandes Ligas están acostumbrados a los rumores de cambio. Después de todo, en su profesión es normal escuchar informaciones sobre posibles destinos, pero eso no evita que afecte al jugador, que aunque consiga grandes cantidades de dinero, al final del día son personas que les afecta un entorno donde desconoce hay más incertidumbres que certezas.
Eso no es parte de mi trabajo. Si ellos quieren cambiarme, que lo hagan"
De eso conversó Miguel Cabrera al Detroit Free Press, donde señaló las complicaciones de participar continuamente en entrevistas o entablar conversaciones sobre traspasos. “Somos humanos”, inició. “Pensamos y sentimos todo, así que es difícil cuando escuchas eso todos los días”.
El venezolano no es precisamente el principal nombre para ser cambiado. Los 184 millones de dólares que le restan en su contrato hasta 2023 complican cualquier negociación, pero en una zafrallena de altibajos por lesiones, es prácticamente utópico que otra organización quiera adquirirlo en este momento.
Pero nombres como Justin Verlander, J.D Martínez, Alex Ávila y Justin Upton son bastante probables que estén activos en el mercado, algo, que en la opinión de Cabrera, está afectando el rendimiento del colectivo. “Pasamos días y días hablando de eso. Les digo que deben preocuparse por jugar béisbol y no si serán cambiados o si moverán a alguien”.
Quizás por eso empezó a utilizar un tono más elevado cuando le preguntan por los rumores de traspasos. “Ellos (gerencia) harán lo que tengan que hacer para hacer mejor al equipo”, aseguró Cabrera. “Eso no es parte de mi trabajo. Si ellos quieren cambiarme, que lo hagan. Si quieren cambiar a tal sujeto, que lo hagan”.
