HOLANDA 1 - JAPÓN 0 - "Un gol bien tonto resuelve un mal partido"
Holanda sale victorioso del envite gracias a un error clamoroso del portero de Japón
Sin el brillo esperado, Holanda se ha convertido en la tercera selección del grupo de las llamadas 'favoritas' que consigue solventar sus encuentros con victorias en este extraño Mundial. Y eso es mucho viendo cómo está discurriendo esta Copa del Mundo. La Naranja por el momento no es Mecánica, pero camina con paso firme y tiene visos e ingredientes para convertirse en el equipazo que debe ser.
Tiene toque, paciencia y futbolistas que tratan bien el balón y hablan el mismo idioma, futbolístico, se entiende. Pero le falta algo, un elemento diferencial que ayude a llevar a otra dimensión al juego de su equipo, que no sea previsible y que decante la balanza. Ese algo se llama Robben, que no pudo estar por segundo partido consecutivo, y que sólo cuando reaparezca nos permitirá medir la potencia real de este buen equipo que por el momento se limita a cumplir con solvencia, que no es poco.
Y si decíamos que la primera parte de Holanda había sido demasiado parecida a la del partido ante Dinamarca, la segunda se pareció aún más. Los 'oranje' lograron ponerse por delante en el marcador antes de que hubieran transcurrido diez minutos, y de nuevo con error garrafal del rival de por medio. Los tulipanes lograron un premio que ninguno había merecido merced a un disparo de Sneijder desde la frontal que incomprensiblemente el portero japonés no supo ni atajar ni depejar. Cierto es que el lanzamiento del jugador del Inter era potente, pero Kawashima había reaccionado con la suficiente antelación como para, al menos, alejar el peligro. Para más inri, la legalidad del tanto es dudosa, ya que Van Persie pudo llevarse el cuero con la mano en la jugada previa.
Japón trató de reaccionar con la raza propia de los samurais, sobre todo de la mano de Okubo, ex Mallorca, pero el arreón duró lo justo para recordar a los holandeses que si se dormían podían protagonizar una nueva sorpresa en este Mundial. Cuando la ofensiva nipona comenzó a diluirse Takeshi Okada dio entrada a Nakamura en lugar de Matsui. No quedaba tiempo para más. Holanda, con el miedo en el cuerpo, casi certifica su pase a octavos.
Australianos empatan ante Ghana y se obligan a ganar en la última jornada para tener posibilidades
El partido tuvo de todo menos fútbol . Ghana desvirtuó su imagen de equipo afilado, fibroso e intenso de la primera jornada y Australia desmintió su perfil lánguido y pusilánime que sufrió la goleada alemana. Kingson se sumó al coro de tenores que ya son multitud en el Mundial. Otro damnificado del 'efecto Jabulani', otra vez la excusa recurrente del balón escurridizo para maquillar impericias y guantes blandos. Un disparo lejano de falta desde treinta metros se envenenó tanto para el guardameta africano que, lejos de atajarlo, apenas pudo repelerlo, con tal falta de criterio que quedó en pies de Holman para lograr el tanto.
Paradójicamente, estuvo más acertado bajo los palos el delantero australiano Kewell que detuvo con el brazo un disparo de Mensah. Rosetti no lo dudó. Penalti y expulsión. Así llegó el empate. El segundo gol de Ghana en el Mundial. El segundo gol de Gyan Asamoah y el segundo penalti a favor de los africanos en el torneo.
Ghana tenía más de una hora por delante para buscar, con superioridad numérica, la victoria que le hubiera dejado a las puertas de la clasificación. Pero se recreo en la especulación. Se entrego a una inercia peligrosa que nunca pudo con la aplicada resistencia australiana. No había rendijas ni espíritu para buscarlas.
Y el conformismo de Ghana se encontró con un meritorio voluntarismo australiano que a punto estuvo de darles la victoria. Ocasiones tuvieron para ello. Pero al final nadie logró acumular méritos suficientes como para deshacer los entuertos de bulto que protagonizaron en el primer tiempo. El grupo queda abierto para todos.
EL FRACASO DEL ATLETISMO
La ignorancia de ciertos entrenadores, la explosión muscular de los jugadores, y el añadido tecnológico de un balón elástico que rebota al mínimo intento de control, han salpicado el Mundial de partidos vertiginosos. La cadencia de los pases, el ritmo del juego, la nitidez de los controles, se han distorsionado tanto que los partidos se parecen muy poco a los de otras décadas. A los viejos aficionados les cuesta reconocer el deporte que se practica en encuentros como el de ayer, cuando Camerún y Dinamarca saltaron al campo. Estas disputas pueden ser divertidas para los no iniciados, pero para los mayores resultan un poco extrañas. Suelen empezar, como ayer, con dos contendientes pletóricos de energía y poder que se lanzan a buscar el área contraria a la primera, con grandes desplazamientos, carreras multitudinarias, choques inevitables, rodadas, balones divididos, saltos y remates que suelen irse al primer anfiteatro. Así comenzaron jugando Dinamarca y Camerún. Como el concurso fue de índole atlética, la lógica hizo que se adelantara el más fuerte. Camerún hizo el primer gol.








