En medio de un ambiente derrotista, esquizofrénico y autodestructivo los patrocinadores de la selección francesa comienzan a abandonar al equipo a fin de que la mala imagen que destilan los jugadores no contagie su marca. El que primero lo anunció fue la cadena de hamburguesas Quick, que desde hace unos días había llenado las calles de las ciudades francesas con la fotografía de un Anelka zampándose una doble de tamaño estratosférico. El sábado, la compañía adelantaba que se aprestaba a retirar la campaña. Ya es tarde para algunas cosas: en Youtube circulan ya vídeos ridiculizando el anuncio y parodiando a un Anelka, convertido, junto con al entrenador Raymond Domenech, en la encarnación del fracaso de la selección y el protagonista indiscutible de canciones, burlas y chistes.
Francia termina su martirio no fue un castigo para Francia la derrota ante Sudáfrica, más pareció el día de la liberación, como si de una vacaciones accidentadas se tratase o un estresante vuelo intercontinental. Para los integrantes de la tricolor, fue una dulce derrota, vista la hiel que entre unos y otros, es decir entre todos han ido tragando haciéndole tragar a un país que vivía el nirvana de la multiculturalidad y la integración.
Francia termina su martirio no fue un castigo para Francia la derrota ante Sudáfrica, más pareció el día de la liberación, como si de una vacaciones accidentadas se tratase o un estresante vuelo intercontinental. Para los integrantes de la tricolor, fue una dulce derrota, vista la hiel que entre unos y otros, es decir entre todos han ido tragando haciéndole tragar a un país que vivía el nirvana de la multiculturalidad y la integración.
