Un éxtasis colectivo inédito en la región desencadenó este lunes cerca del mediodía la llegada del campeón Zamora a Barinas.
Desde el arribo al aeropuerto local, el recorrido por las calles y avenidas hasta la presencia del elenco campeonil en el estadio “La Carolina” repleto de hinchas, el ambiente se caracterizó en cada uno de estos escenarios por un frenesí en blanquinegro.
Con trapos y canticos fanáticos burlaron las normas de seguridad en la terminal aérea para estar lo más cerca posible con los héroes que descendían de la aeronave. Acto seguido el plantel se monto en un camión para sentir la adrenalina que decenas de miles de entusiastas zamoranos descargaban con frases de felicitación o solicitud de fotos y autógrafos.
En una marcha de unos cuatro kilómetros, con ciclistas, motorizados y automóviles, el soberano barinés ávido de laureles en el fútbol profesional desde hace 34 años, acompañó a su escuadra campeona hasta su casa del “Agustín Tovar”, donde continuaba el festejo.
“Soy zamorano” soltó “Chuy” Vera acosado y felicitado por la multitud. “Es una bendición poder estar con esta gente que tanto nos apoya”, agregó el goleador colombiano Jonathan Copete. “Este pueblo se merece este premio y muchos más”, remató el capitán Vicente Suanno.
Así como el domingo, este lunes la capital barinesa por segundo día consecutivo alargó su feria blanquinegra que contó con el apoyo institucional de la alcaldía del municipio Barinas, ente que decretó Día de Júbilo no laborable en empresas públicas y privadas.
Hasta horas avanzadas de la madrugada aun persistían las caravanas con sus sirenas, pitos y cánticos en honor al conjunto que con buen fútbol y un título le inyectó al pueblo barinés una dosis de felicidad compartida que unió en un abrazo a miles de barineses sin importar ideologías, religiones ni distingos de ninguna índole.
