El ex presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) Max Mosley se unió a las críticas por reprogramar el Gran Premio de Bahréin de Fórmula 1 y previno que el deporte del motor podría pagar un alto precio por ello.
Mosley escribió hoy en el dominical "The Sunday Times" que fijando la carrera para el 30 de octubre se brindaría al gobierno local la posibilidad de "limpiar su imagen" después de los sangrientos disturbios en manifestaciones en pro de la democracia.
"De acordarse disputar la carrera, la Fórmula 1 se convertiría en cómplice de lo ocurrido aquí. Se convertiría en uno de los instrumentos de represión del gobierno de Bahréin", dijo Mosley, que fue presidente de la FIFA de 1993 a 2009.
"La decisión de celebrar la carrera es un error que no será olvidado, y de no ser revocada, podría costarle muy caro a la Fórmula 1", añadió.
La FIA decidió el viernes reprogramar la carrera y no eliminarla del calendario 2011, medida que topó con las duras críticas de las organizaciones de defensa de los derechos humanos.
El ex campeón mundial Damon Hill figura también entre los críticos, mientras que el piloto de Red Bull Mark Webber dijo que le "sorprendería mucho que se corriera el Gran Premio de Bahréin".