Raúl Gutiérrez no considera casualidad que los dos únicos títulos mundiales de una Selección Mexicana hayan sido en la categoría Sub-17. Orgulloso, “El Potro” revela que la clave está en la facilidad y disposición que tienen los jóvenes para asimilar los conceptos que se les transmiten.
“Tienes mucha posibilidad de moldearlos”, explica el estratega. “Conforme va creciendo el jugador se va volviendo figura, y eso, muchas veces complica al entrenador, porque no se tiene una gran comunicación, lo que genera diferencias en la cancha”.
“Cuentas con la fortuna de la credibilidad plena, lo que te permite trabajar mucho mejor”, asegura.
Primer creyente de la capacidad que reúne el plantel, el ex zaguero solicita a los clubes de los hoy héroes “que los sigan proyectando, que tengan oportunidades”.
“Ha sido un gran acierto de la Federación realizar los torneos Sub-15, Sub-17 y Sub-20”, añade.
Además de gozar el logro que desde este domingo presume en su hoja curricular como timonel, Gutiérrez valora el positivo golpe social que tendrá este triunfo en todo nuestro país. “Cuando eres jugador, no tienes idea del impacto que tienes en la gente”, reconoce. “Estás como en una burbuja y no sabes el esfuerzo que hacen, porque a veces no comen por ir a ver jugar a su equipo”.
No se atreve a vaticinar cuánto tiempo permanecerá en el cargo. Todavía hay metas por cumplir.
“Esto no te puede definir como director técnico, sí marcarte”, señala. “Estoy encantado de estar aquí, pero uno tiene objetivos de dirigir en el máximo circuito, en Europa, a la Selección Mayor”.
Gutiérrez dijo que la no presencia de Julio Gómez en la alineación inicial se debió a un parte médico, pero en cuanto supieron que podía jugar, lo hizo.
Y para aquellos que desconfiaban de su capacidad y la del equipo que tocó el cielo con las manos, “El Potro” comparte que “ojalá que les alcance para creer después de coronarnos campeones mundiales con siete partidos ganados”.