Al llegar al estadio de la Universidad Central de Venezuela el buen ambiente se podía percibir, se podía apreciar a los seguidores de nuestro combinado criollo como siempre apoyando y cumpliendo con el compromiso de asistir a los partidos en los que “La Vinotinto” se encara contra otros equipo.
Como siempre se encontraban los revendedores de entradas, quienes te ofrecían un “descuento” en cuanto a los precios que ya habían sido estipulados por los organizadores. De igual forma, los tequeños, pinchos y cotufas entre otras cosas fueron vendidos durante toda la tarde del martes.
Más de 9000 personas se hicieron presentes en el estadio, mostrando cómo poco a poco los aficionados al fútbol venezolanos van creciendo y se van llenando de orgullo y formando su empatía con nuestra selección.

La Fanaticada
El buen ambiente se notó en el estadio desde el primer momento. Desde tempranas horas, los seguidores de nuestro combinado criollo hicieron acto presencia en las instalaciones del recinto que albergó el partido.
Familias, jóvenes, niños y abuelos estuvieron atentos y mostrando su emoción hacia los jugadores que representan al país en los partidos de fútbol profesional. Los fanáticos se hicieron sentir de cualquier forma, comprando camisas, “vuvuselas” o cualquier tipo de suvenir que hiciera referencia a la selección venezolana.


Dentro del estadio se podía escuchar los cánticos de las barras que se encontraban en el lugar, en donde tampoco pudieron faltar los admiradores del Caracas FC, quienes de una u otra manera mostraron su emoción y orgullo al momento del juego.

Uno de los seguidores de nuestra Vinotinto es Edmond Azoulay, quien se encontraba en el estadio en compañía de su hijo Avi Bentata; ambos demostrando que se puede ir en familia a apoyar la selección venezolana. Azoulay consideró que su asistencia se trata por una actividad deportiva porque les gusta la Vinotinto. De igual forma destacó que llevaba a su hijo porque “hay que reforzar los valores y querer lo nuestro”.
“hay que reforzar los valores y querer lo nuestro”

Por otra parte, muchos de los fanáticos destacaron que estarían dispuestos a viajar a otras entidades del territorio nacional para mostrar su apoyo a combinado criollo, así lo comentó Miguel García, uno de los espectadores del partido. “Estaría dispuesto a viajar, hay que querer lo nuestro y apoyarlo”, aseveró. De igual forma, resaltó “que todos debemos demostrar que queremos a nuestra Vinotinto y que podemos unirnos para hacer que la fanaticada crezca cada dia más y seamos un ejemplo para todos los países del mundo”.

La emoción que se mantuvo por la presencia de la Vinotinto en la capital, después de 5 años de no haber jugador en Caracas, fue uno de los temas principales entre el público que se encontraba en el estadio.
Ricardo Mojica, otro amante de la Vinotinto, comentó que le llena de emoción apoyar a Venezuela. “Estoy muy feliz y emocionado por ver a mi selección en la ciudad en donde nací. Para mí es un orgullo porque tengo un corazón color Vinotinto”.

Así mismo, Victor Vilche, quien asistió solo al partido, aseguró que “no importaba si estaba acompañado o no, sólo quería ver a su selección y demostrar su apoyo”. También destacó que estaba muy contento por la convocatoria que le habían realizado a varios jugadores que se encontraban en el exterior, como a Frank Felstcher y Andrés Túñez, entre otros. “Me parece una excelente labor del cuerpo técnico ya que la eliminatoria será larga y complicada y necesitan probar jugadores que ayuden a que nuestra selección siga creciendo”.
Aunque muchos pensaban que únicamente había aficionados color Vinotinto, estaban equivocados. Aficionados de Guinea también demostraron su emoción y apoyo a su país. Identificados en su mayoría con una camisa blanca y al ritmo de los tambores, los seguidores de dicha nación aplaudieron y gritaron de emoción cuando sus jugadores salieron al campo.


La molestia
A pesar del buen ambiente que se podía percibir en el encuentro, la molestia y el desacuerdo por muchos factores también estuvieron presente en algunos de los fanáticos de nuestra selección.

Desde el momento en que se público el precio de las entradas para el cotejo, muchos venezolanos mostraron su rechazo por el alto costo impuesto por los organizadores del evento. Varias personas aseguraban que no pagarían el precio, algunos por no tener el dinero suficiente para cubrirlo y otras por estar contra el costo que oscilaba entre 350 y 2000 Bolívares.
“La venta de las entradas ya se trataba más de algo comercial y no deportivo”
manifestaron varios seguidores. “Es mejor rebajar el precio y llenar un estadio vendiendo más entradas pero con un costo el cual no sea exagerado y sea fácil de pagar para muchos amantes de este deporte, que ver cómo pasan pocas personas por las taquillas del universitario y muchos que se quedan en las afueras del lugar o en sus casas por no poder adquirir las entradas”, dijo el señor Azoulay.
Para aquellos que querían comprar las camisetas de la selección o las vuvuselas que se hicieron tan famosas durante el Mundial de Sudáfrica, podían acercarse a los puestos de ventas que se encontraban en distintos lugares del estadio.

De igual forma para aquellos que querían decorar su vehículo con algún recuerdo de la selección también podían adquirir unas mini camisetas que podían adherirse al espejo o a cualquier parte interna del carro.

La comida no podía faltar en el Universitario
Los puestos de comida que se encontraban en el estadio ofrecía, diversos alimentos, los cuales podían adquirirlos a precios solidarios en algunos estand, pero en otros eran excesivos.

Por medio de las gradas se mantenían pasando los vendedores con su cajita de comida, gritando “cotufa, algodón, llévenlo para sus hijos”.
En las afueras del estadio podían consumir pinchos de carne y pollo para quienes quisieran algo más fuerte para el estómago.

Familiares de jugadores en la gradas

No podían faltar los familiares de algunos de los jugadores, que como siempre mostraron su apoyo desde las tribunas del estadio. Algunos miembros de las familias de jugadores como Feltscher, Aristeguieta y Moreno, entre otros, apoyaron y se emocionaron al ver a los suyos en el campo vistiendo la camisa Vinotinto.
Finalmente los cánticos se mantuvieron hasta el final de partido. Uno de los más coreados por los aficionados fue“Vinotinto Yo”, en donde entre risas, aplausos y zapateos los seguidores del combinado criollo demostraron una vez más el orgullo de sentirse parte del equipo que representa a nuestro país en el fútbol profesional.