Marcelo Bielsa llegó al Athletic Club después de su notable ciclo en Chile, donde clasificó al Mundial de Sudáfrica y avanzó a los octavos de final. La Roja no ganaba en un Mundial desde 1962, un dato que permite vislumbrar el enorme trabajo del rosarino. Hoy, después de su traumática salida, dirige en el País Vasco a uno de los clubes más tradicionales de la escena internacional.
Un cuadro que ya se sabe, sólo admite futbolistas de Euzkadi, que lucha frente a rivales con mayores opciones deportivas y económicas. Ahí fue Bielsa y los números lo respaldan después de un inicio de temporada muy complejo, donde sumó un punto sobre 12 en juego. Pero las convicciones de Bielsa no se alteran, se sostienen y son capaces de soportar el rigor de una Liga de altísimo nivel.
El registro numérico indica 11 partidos sin conocer la derrota, tomando en consideración la Europa League, donde lidera su grupo y ya clasificó a la fase siguiente. El fin de semana que concluye viajó hasta Sevilla y derrotó a los andaluces por 2 a 1. En el “Sánchez Puzjuán” los leones de San Mamés no vencían desde 1993.
Hoy el conjunto rojiblanco ya tiene el tono de Bielsa. Presiona en todos los sectores del campo, no regala espacios al rival, busca por los costados y llega masivamente al área cuando las circunstancias del partido lo ameritan. En esta estructura, tras un inicio donde parecía que los futbolistas no lograban adaptarse, se ratifica la figura de Fernando Llorente como líder. Un delantero que anota, pero también hace jugar a sus compañeros. El retorno de Ander Herrera, luego de una lesión que sufrió en el inicio de la Liga, se ha notado en la mitad del campo, al igual que la habilidad de Muniaín.
Es prematuro hablar de un éxito en la temporada. Lo dice el propio Bielsa, quien pone paños fríos a la expectativa y euforia. La prensa hispana reconoce el trabajo del argentino, quien pudo moldear a una plantilla formada históricamente para otra cosa. Porque en Bilbao la influencia del fútbol inglés es enorme desde la creación del club. La pelota larga en busca de un atacante potente por el centro era una marca registrada, como salir desde el fondo sin complicarse. En rigor, nadie se ruboriza con un pelotazo…
Bielsa pide jugar siempre, pelota a ras de piso y duelos individuales. Muy lejos del ideario centenario de la Catedral. Pero ahí está, sumando cada semana, midiéndose con dignidad ante el Barcelona en un partido inolvidable no sólo el su desarrollo y marcador, sino por la voluntad que los protagonistas ofrecieron hace dos semanas.
La Liga ingresa en la recta final de la primera rueda y el efecto Bielsa ya se nota. La pregunta es si con el plantel que dispone, muy corto, le alcanzará para la etapa decisiva, que se vive desde marzo hasta mayo. Una interrogante que el tiempo resolverá.
Mientras tanto, el Athletic de Bielsa sigue rompiendo paradigmas.