En los torneos, la paridad en el nivel competitivo de los conjuntos participantes se hizo notar y, a excepción de la LNBB, las ligas estrenaron nuevos monarcas.
En la LVV, el campeonato logrado por Vikingos fue una sorpresa, ya que el equipo fue el cuarto y último clasificado a la segunda ronda con récord de diez victorias e igual cantidad de derrotas.
A los Vikingos les tocó enfrentarse en semifinales con los Huracanes de Bolívar, campeones defensores de la corona que llegaron a esa instancia con balance de 16 ganados y apenas cuatro perdidos.
El equipo mirandino arrancó perdiendo contra Aragua Voleibol Club, al caer el primer duelo que se disputó en Maracay por barrida, 3 sets por 0 (25-16, 25-12 y 25-20), donde los aragueños quebraron la racha de seis victorias seguidas que había hilado el cuadro de Viikingos.
Sin embargo, la inspiración Vikinga pudo más. En el segundo cotejo, que se llevó a cabo en el gimnasio José "Papá" Carrillo de Parque Miranda, los dirigidos por Marcelo Arias le pagaron con la misma moneda a Aragua, con barrida 3-0 (25-21, 29-27 y 25-23) e igualaron la serie.
En el partido decisivo, Vikingos logró una remontada épica y pasó de estar dos sets abajo, a ser el campeón del torneo nacional de voleibol con parciales de 20-25, 27-29, 25- 10, 25-16 y 15-12.
Thomás Ereú, jugador más valioso de la final, fue clave en la victoria vikinga. "Es muy importante (el título), porque es en casa, pues estás con la gente que te quiere, que está contigo siempre", dijo.
Al igual que el campeonato de voleibol, el de baloncesto estuvo lleno de emociones. Bravos de Portuguesa parecía que se metía la corona en el bolsillo tras ganar en su feudo, el gimnasio Wilbaldo Zabaleta de Acarigua, los dos primeros partidos de la final a Guácharos de Monagas.
Un partido más y Bravos sería el nuevo campeón. Pero Guácharos de Monagas ganó los dos juegos como local y, con la serie igualada a dos, el quinto encuentro se definió en Acarigua, donde los orientales alcanzaron la victoria con holgada diferencia de 14 puntos (85-61) y se proclamaron campeones en casa.
Mientras en los torneos criollos de baloncesto y voleibol se estrenaban nuevos campeones, en la LNBB los Petroleros de Barinas reeditaron su título y en condición de invictos.
La novena petrolera hiló una racha de cinco partidos seguidos sin conocer la derrota y dominó la Super Liga de principio a fin.
Barinas derrotó a Guerreros de Sucre (1-0); a Cachorros de Falcón, en dos oportunidades (5-4 y 4-2); a Guerreros de Sucre (7-1) y Gigantes de Aragua (5-1), para lograr el segundo título en su historia.
