Es Caín Velásquez, el flamante Campeón Pesado de la UFC, el mejor artemarcialista de origen mexicano de todos los tiempos, quien en su visita a la Ciudad de México reveló cómo quiere que se le recuerde cuando, algún día, decida decir adiós a este deporte en el que hoy es una de las máximas figuras.
“Por ahora sólo pienso en entrenar y pelear, pero si algo quiero es que la gente me recuerde como una persona que emocionaba en sus peleas con su estilo mexicano, eso es lo que quiero, no me importa a quién me pongan enfrente, lo que busco es que la gente tenga un buen recuerdo de mi”, expresó Caín.
Caín sabe que hoy es el ejemplo de muchos peleadores de origen mexicano que, como él, buscan ser las grandes estrellas en este duro deporte. “Como en el boxeo, muchos mexicanos han llegado a la UFC con el anhelo de convertirse en grandes estrellas, es algo que siempre hemos querido, que crezca, y eso nos hace sentirnos muy orgullosos porque sabemos lo difícil que puede llegar a ser, pero estoy seguro de que con ese estilo agresivo, siempre hacia delante como los mexicanos, seguirán creciendo y habrá más campeones”, agregó.
Por lo pronto, a Caín le ilusiona la idea de poder venir a México y defender ese cinturón que hoy muestra con un gran orgullo, porque sabe lo que le costó ganarlo. “Me gusta la idea de poder defender este cinturón en México, no he podido hablar con Dana (White), pero él siempre ha buscado el mejor momento de venir a México, y cuando eso suceda, quiero ser parte de ello, ojalá sea pronto”, acotó.
Finalemente, sobre su polémico tatuaje de ‘Brown Pride’ que tiene en el pecho y ha causado polémica en el mundo de la UFC, Caín explicó: “Todo el tiempo lo he dicho que es orgullo mexicano, todo por mis padres que son de aquí y me da mucho orgullo que pueda representarlos”.
SE TRANSFORMA EN EL OCTÁGONO
Debajo del octágono, sin vendas ni guantes en los puños, Caín Velásquez es un hombre agradable, adorador de su familia y orgulloso de sus raíces, pero dentro de su zona de trabajo, es una bestia que no pretende otra cosa que vencer a su rival y levantar la mano.
“Cuando llego al octágono me siento nervioso, pero también estoy enfocado. Cuando estoy dentro debo ser otra persona, voy a estar en una pele por 25 minutos, sé que debo ganar, siempre tengo en la mente lo que debo hacer, cómo reaccionar si mi rival hace cierta cosa, ese soy yo dentro del octágono”, expresó el californiano.
Es por ello que Caín está más feliz que nunca tras vencer a Junior dos Santos en la UFC 155, porque su plan lo ejecutó como quería y el resultado fue una aplastante victoria que lo tiene hoy en los cuernos de la luna.
“Estoy feliz, ya sé que todo el tiempo he tenido en la mente de que puedo ganar, pero tenía que ir a esa pelea y enseñarle a la gente que podía”, apuntó el hijo de Efraín e Isabel Velásquez, quien aceptó que algunas veces las cosas fueron difíciles, aunque siempre contó con el respaldo de una familia que hoy se siente orgulloso de él.
“Algunas veces fue difícil, cuando las cosas son fáciles no se valoran, creo que nací para los deportes, siempre me apoyaron y fue difícil, definitivamente el camino fue largo para llegar aquí, yo veía que era un trabajo difícil, pero tenía que trabajar para llegar a donde quería”, sentenció.
PIDE A FURY DEJE DE HABLAR
El primer reto que recibió Caín Velásquez como Campeón de los Pesados de la UFC no fue precisamente de uno de sus colegas, sino del boxeador Tyson Fury, a quien pidió dejar de hablar y meterse de lleno a la UFC para ver qué pasa.
“Fury es un boxeador, y me gustaría que no hablara tanto de qué va a hacer, sólo que se meta a la UFC y ya veremos qué pasa”, dijo Velásquez con la confianza que le da saber que ha hecho bien su trabajo hasta ahora.
Sin embargo, en su mira están Alistair Overeem y Antonio ‘BigFoot’ Silva, quienes se enfrentarán para sacar al retador de Velásquez tras las lesiones sufridas por Dos Santos en el pleito del pasado 29 de diciembre en Las Vegas, mismas que le impedirán una revancha directa.
DE LA TV AL OCTÁGONO
Sentado frente al televisor de su casa, con su familia, Caín Velásquez comenzó a sentir un cosquilleo por la práctica de las Artes Marciales Mixtas. Su preparación deportiva le permitía soñar con ello, y la gerencia guerrera en su sangre, detonaron su incursión en el difícil mundo de la UFC.
“Me gustaban las cosas de boxeo, karate, estuve viendo en la televisión este deporte que estaba creciendo y yo tenía la lucha olímpica, tenía el boxeo, el karete, jiu jitsu, tenía todo, y pensé en hacerlo”, expresó el ahora Campeón Pesado.
“Llegó un momento en que la lucha no era suficiente”, agregó Caín, quien estuvo ranqueado alguna vez entre los cinco mejores luchadores de la NCAA. “Me gustaban más las cosas de boxeo y decidí hacerlo”, agregó.
Caín dijo que en casa, su familia, no era aficionada a este deporte, pero una vez que les mostró las armas que tenía, los convirtió en verdaderos fanáticos. “En el momento en que le dije que quería hacer este tipo de deporte (a su padre), nunca lo veía en televisión, lo empezamos a ver, UFC, Pride y le gustó, yo tenía karate, lucha, todo, y le gustó y ya es fanático de este deporte”, acabó el de sangre mexicana, hoy con marca en este deporte profesional de 11 triunfos y sólo una derrota.