El motociclista venezolano con la trayectoria más extensa en la historia de las competencias de velocidad en asfalto, Marco Fidel Mojica, anunció oficialmente su retiro de las pistas en este 2013, decisión con lo cual cerró un capítulo deportivo que se prolongó por espacio de 40 campañas.
Desde su debut en el trazado de Turagua en 1974 cuando contaba con 25 años de edad a los mandos de una Yamaha 350cc de calle - moto que manejó desde Caracas -, hasta su última presentación en Puerto Ordaz en octubre último sobre una Yamaha R6 de la clase Supersport 600cc, Marco Mojica tomó parte en al menos cuatrocientas carreras, un registro que igualmente no tiene parangón en los torneos nacionales.
Durante cinco décadas Marco Mojica se midió de manera interrumpida en las pistas de Venezuela y América Latina, tiempo en el que apenas estuvo ausente en aquellas ocasiones en las que una importante lesión le impidió forzosamente de colocarse el traje de cuero y el casco, como la vez en la que sufrió una grave fractura en Maracaibo a comienzos de los ochenta, o más recientemente el percance sufrido en Puerto Ordaz que finalmente lo llevó a tomar la decisión de dejar las competencias.
“Aunque el deseo de seguir compitiendo lo mantengo, ha llegado el momento de dejar las carreras - aseguró Marco Mojica - El accidente en el que me vi arrastrado este año en Puerto Ordaz definitivamente me hizo reflexionar, los reflejos indudablemente ya no son los mismos y a mi edad los golpes después de una caída tardan mucho en recuperarse, así que es mejor parar. Me siento satisfecho por haber dedicado buena parte de mi vida al motociclismo y el que me retire no significa que me vaya a alejar de este ambiente, y por seguro en alguna ocasión me daré unas vueltas en una pista porque el placer de manejar una moto de carreras no tiene comparación”.
Identificado desde su primera presentación con el número 35 - salvo en los torneos en los que lució el 1 al ser vigente monarca o el 2 como subcampeón - Marco Mojica elevó a su máxima expresión lo que significa el sacrificio y dedicación al motociclismo de velocidad, al pertenecer a esa casi extinta extirpe de pilotos-mecánicos que rara vez aceptan ayuda, y que por el contrario son generosos en extremo al compartir su experiencia.
Especialista en latonería automotriz, reservado y humilde como pocos, uno de sus mayores legados es haber repartido con abierta nobleza todos sus conocimientos técnicos, especialmente con las nuevas promociones de centauros a los que siempre dio una mano en la medida de sus posibilidades, porque no fueron pocas las veces en las optó por sacrificar beneficios personales y familiares para entregárselos a las motos de carreras.
Si bien con el paso de los años sus condiciones competitivas cedieron ante el ímpetu de los más jóvenes, Marco Mojica, conocido cariñosamente en el ambiente como “El Gitano”, siempre destacó al contar con una de las mejores técnicas de frenado, y pese a que fueron pocas las ocasiones en las que pudo contar con material de última generación, en su palmarés exhibe 5 coronas nacionales en Fuerza Libre 1978, 1979, 1980, 1981 y 1983, dos subcampeonatos en 250cc en 1984 y 1991, además de otro en Mecánica Nacional 500cc en 1975.
Durante la casi totalidad de su trayectoria deportiva en la que nunca recibió una sanción, Marco Mojica siempre manejó motos de la marca Yamaha, desde la poderosas máquinas de la clase Fuerza Libre de 400cc, hasta las clásicas 250cc GP de dos tiempos que fueron sus predilectas. En escenarios internacionales también tuvo ocasión de mostrar sus condiciones en los certámenes latinoamericanos efectuados en Argentina, Colombia, Ecuador y México.
Su respeto y admiración hacia la figura de Andrea Ippolito siempre estuvo presente, así como su agradecimiento hacia la empresa Venemotos-Yamaha que tuvo un trato preferente hacia Mojica, al ser uno de los escasos pilotos que honraba los compromisos comerciales que adquiría con la empresa ubicada en La Bandera.
Pocos pilotos de la velocidad en Venezuela pueden ufanarse de haber compartido el asfalto con las principales figuras de este deporte, algo que Mojica puede decir con orgullo, al haberlo hecho con nombres como los de Pedro José Bettancourt y Ferrucio Dalle Fusine, quienes dominaron entre los años cincuenta, sesenta y parte de los setenta, hasta los futuros campeones mundiales Johnny Cecotto y Carlos Lavado, sin pasar por alto a los inolvidables Aldo Nannini e Iván Palazzese, entre los centenares de corredores con los que se midió.
Marco Mojica tomó la salida en un Gran Premio mundialista, al participar en la clase 250cc del GP de Venezuela de 1977 realizado en San Carlos, carrera en la que culminó en el décimo tercer lugar, prueba que tuvo como vencedor al italiano Walter Villa en una Harley Davidson, formación de salida en la que también tomaron parte leyendas como el español Ángel Nieto o los italianos Franco Uncini y Paolo Pileri.
En su dilatada trayectoria, Mojica también se dio el gusto de competir junto a sus hijos Gregory y Marco Jr, siempre al manillar de motos del cuarto de litro. Con el primero - considerado en su momento una promesa en ascenso del motociclismo nacional - lo hizo en el segundo lustro de los noventa e incluso ambos participaron en el legendario óvalo de Daytona, en los Estados Unidos, convirtiéndose en uno de los pocos casos de padres e hijos que compartieron la grilla de largada en la clásica cita de Florida.
Natural de la fronteriza ciudad colombiana de Cúcuta, Marco Mojica ha dejado una huella imborrable en el motociclismo deportivo venezolano, pero su retiro de las competencias no significa un adiós a ese ambiente al que le ha consagrado casi medio siglo, legado que continuará en las próximas décadas al permanecer vinculado a la adrenalina de la velocidad en calidad de asesor de los nuevos valores a los que transmitirá esa pasión y amor por la moto que resultan casi imposibles de imitar. /Prototipos
Viernes 20/12/2013