Ni siquiera el dolor pudo disminuir la bondad de Brenda Schmitz, una norteamericana quien un mes antes de morir a causa de cáncer en los ovarios escribió una carta dirigida a la futura esposa de su marido y se la entregó a su amiga para que esta la llevara a una emisora de Iowa, que anualmente concede deseos en Navidad.
A continuación el texto de la carta:
“Hola, mi nombre es Brenda Schmitz, y cuando reciban esta carta ya habré perdido mi batalla contra el cáncer de ovario. Estoy escribiendo esta carta para que les sea entregada por mi querida amiga, que tiene instrucciones para hacerlo cuando llegue el momento. Le dije que una vez que mi amado esposo hubiera seguido adelante con su vida y encontrara alguien con quien compartirla que les mandara la carta a la estación de radio.
Mientras pensaba en mis últimos meses en la Tierra le comenté a David mis deseos de que luego de que me fuera, él continuara con la actitud y el coraje que sé que posee. Qué maravilloso esposo y padre que es. Yo sé que todo esto es sumamente duro para él. Él es el que está tomando las mejores decisiones para mi familia y en últimas quien encontrará una mujer dedicada, amorosa y compasiva que lo ayudará a criar a los chicos.
Tendrá que ser tremenda mujer (me hubiera gustado conocerla) para tomar la tarea de criar una gran familia extendida con devoción, amor inquebrantable y un gran corazón. Tenemos cuatro chicos, Carter, Josh, Justin y mi pequeño Max. Max es el más joven, tiene dos años. Fui diagnosticada justo después de su primer cumpleaños. Ningún niño tan joven como Max debería perder a su mamá y eso hace que mis ojos se llenen de lágrimas con solo pensarlo.
Dios, voy a extrañar ver crecer a mis hijos para convertirse en grandes hombres. Le he dicho a David que intente que no me olvide. Es un niño tan inteligente, prometedor y hermoso. Mi motivo para escribir esto es que tengo un deseo para David y los niños y la mujer y su familia, si también tiene hijos. Quiero que sepan que los amo mucho y espero que siempre se sientan seguros en un mundo doloroso. Espero que un pequeño acto por parte de ustedes para mí pueda cambiar sus vidas para siempre y que sepan que estoy con ellos siempre”.
El primer deseo de Brenda fue que el nuevo amor de su esposo fuera consentida durante un día o un fin de semana. “Se lo merece. Ser madrastra de todos esos chicos, y especialmente al darle a Max ese amor de madre que solo ella puede darle. Háganla sonreír y que sepa que realmente aprecio todos sus esfuerzos. Gracias. Te amo, quien quiera que seas”.
Su siguiente deseo fue el siguiente: “Para la familia, un viaje mágico. Algún lugar donde todos puedan disfrutar en familia de su compañía y compañerismo para crear esas memorias que durarán toda la vida”.
La estación de radio, con la ayuda de patrocinadores, cumplió el deseo de Brenda y mandó a toda la familia de vacaciones a Disneylandia con todos los gastos pagos.

A continuación el texto de la carta:
“Hola, mi nombre es Brenda Schmitz, y cuando reciban esta carta ya habré perdido mi batalla contra el cáncer de ovario. Estoy escribiendo esta carta para que les sea entregada por mi querida amiga, que tiene instrucciones para hacerlo cuando llegue el momento. Le dije que una vez que mi amado esposo hubiera seguido adelante con su vida y encontrara alguien con quien compartirla que les mandara la carta a la estación de radio.
Mientras pensaba en mis últimos meses en la Tierra le comenté a David mis deseos de que luego de que me fuera, él continuara con la actitud y el coraje que sé que posee. Qué maravilloso esposo y padre que es. Yo sé que todo esto es sumamente duro para él. Él es el que está tomando las mejores decisiones para mi familia y en últimas quien encontrará una mujer dedicada, amorosa y compasiva que lo ayudará a criar a los chicos.
Tendrá que ser tremenda mujer (me hubiera gustado conocerla) para tomar la tarea de criar una gran familia extendida con devoción, amor inquebrantable y un gran corazón. Tenemos cuatro chicos, Carter, Josh, Justin y mi pequeño Max. Max es el más joven, tiene dos años. Fui diagnosticada justo después de su primer cumpleaños. Ningún niño tan joven como Max debería perder a su mamá y eso hace que mis ojos se llenen de lágrimas con solo pensarlo.
Dios, voy a extrañar ver crecer a mis hijos para convertirse en grandes hombres. Le he dicho a David que intente que no me olvide. Es un niño tan inteligente, prometedor y hermoso. Mi motivo para escribir esto es que tengo un deseo para David y los niños y la mujer y su familia, si también tiene hijos. Quiero que sepan que los amo mucho y espero que siempre se sientan seguros en un mundo doloroso. Espero que un pequeño acto por parte de ustedes para mí pueda cambiar sus vidas para siempre y que sepan que estoy con ellos siempre”.
El primer deseo de Brenda fue que el nuevo amor de su esposo fuera consentida durante un día o un fin de semana. “Se lo merece. Ser madrastra de todos esos chicos, y especialmente al darle a Max ese amor de madre que solo ella puede darle. Háganla sonreír y que sepa que realmente aprecio todos sus esfuerzos. Gracias. Te amo, quien quiera que seas”.
Su siguiente deseo fue el siguiente: “Para la familia, un viaje mágico. Algún lugar donde todos puedan disfrutar en familia de su compañía y compañerismo para crear esas memorias que durarán toda la vida”.
La estación de radio, con la ayuda de patrocinadores, cumplió el deseo de Brenda y mandó a toda la familia de vacaciones a Disneylandia con todos los gastos pagos.
