Fuera de la lucha por el campeonato liguero y con muchas papeletas de acabar tercero sin acceso directo a 'Champions', el Oporto se aferra a la Liga Europa, en la que juega contra el Sevilla, como asidero para salvar la temporada.
La derrota fuera de casa frente al Nacional de Madeira por 2-1 del pasado fin de semana dio la puntilla a un equipo de enjundia y notable presupuesto (cerca de cien millones de euros) que parece haber olvidado las que han sido sus señas de identidad durante los últimos años.
De hecho, en Liga, torneo del que es vigente campeón, acumula seis derrotas en 25 partidos, un registro negativo que no veía desde la temporada 2004-2005, hace ya nueve años.
Con el líder y acérrimo rival Benfica a quince puntos de distancia cuando faltan por disputar cinco encuentros, ni siquiera la segunda plaza, que da acceso directo a la Liga de Campeones, parece a su alcance, ya que el Sporting de Lisboa está a ocho puntos de distancia.
Campeón doméstico por tres campañas consecutivas (2011, 2012 y 2013), la salida en verano con dirección a Mónaco del motor del equipo, Joao Moutinho, y de su principal estrella, el colombiano James Rodríguez, afectaron el rendimiento de los "dragones".
Una parte de los setenta millones de euros ingresados a cambio de ambos jugadores fueron reinvertidos en reforzar la plantilla.
Los portugueses Licá y Josué, los mexicanos Héctor Herrera y Diego Reyes y el colombiano Juan Quintero fueron algunas de los nuevos fichajes, aunque ninguno de ellos ha logrado imponerse.
Con un nuevo entrenador al mando, Paulo Fonseca, el conjunto blanquiazul arrancó bien pero se gripó pronto. En noviembre sufrió un bache -dos empates y una derrota frente a rivales teóricamente inferiores- y desde entonces no volvió a enderezar el rumbo.
Benfica, Sporting de Lisboa, Estoril, Marítimo, Académica y Nacional han logrado superar al Oporto esta temporada, lo que contrasta con la anterior, cuando terminó invicto.
La marcha de Fonseca a principios de marzo y la llegada del interino Luís Castro al banquillo blanquiazul procedente del filial tampoco surtió efecto en el campeonato doméstico. En cuatro duelos ligueros, dos derrotas y dos victorias conforman su bagaje.
Sin embargo, en Liga Europa consiguió una meritoria clasificación para los cuartos de final al apear al Nápoles de Rafa Benítez y en la ida de las semifinales de la Copa de Portugal cuenta con una ligera ventaja al haber ganado en la ida 1-0 al Benfica.
Entre los jugadores, la única nota positiva en los últimos meses ha sido la irrupción de Ricardo Quaresma, quien se ha erigido en el principal "agitador" del juego de un Oporto inconstante y falto de pegada, a pesar de que el colombiano Jackson Martínez es artillero del campeonato, con 16 tantos.
Aun así, el carácter indómito de Quaresma ya le ha jugado malas pasadas, y el duelo contra el Nacional del fin de semana dejó imágenes polémicas, con el extremo luso -ex del Barcelona, el Inter de Milán y Chelsea- envuelto en varias discusiones subidas de tono con futbolistas rivales.
El Oporto, bicampeón europeo (1987 y 2004) y de la UEFA (2003 y 2011) llega en este ambiente revuelto a la cita crucial del jueves contra el Sevilla con el objetivo avanzar un paso más para lograr el único título que le permitiría salvar una campaña por el momento aciaga.
La derrota fuera de casa frente al Nacional de Madeira por 2-1 del pasado fin de semana dio la puntilla a un equipo de enjundia y notable presupuesto (cerca de cien millones de euros) que parece haber olvidado las que han sido sus señas de identidad durante los últimos años.
De hecho, en Liga, torneo del que es vigente campeón, acumula seis derrotas en 25 partidos, un registro negativo que no veía desde la temporada 2004-2005, hace ya nueve años.
Con el líder y acérrimo rival Benfica a quince puntos de distancia cuando faltan por disputar cinco encuentros, ni siquiera la segunda plaza, que da acceso directo a la Liga de Campeones, parece a su alcance, ya que el Sporting de Lisboa está a ocho puntos de distancia.
Campeón doméstico por tres campañas consecutivas (2011, 2012 y 2013), la salida en verano con dirección a Mónaco del motor del equipo, Joao Moutinho, y de su principal estrella, el colombiano James Rodríguez, afectaron el rendimiento de los "dragones".
Una parte de los setenta millones de euros ingresados a cambio de ambos jugadores fueron reinvertidos en reforzar la plantilla.
Los portugueses Licá y Josué, los mexicanos Héctor Herrera y Diego Reyes y el colombiano Juan Quintero fueron algunas de los nuevos fichajes, aunque ninguno de ellos ha logrado imponerse.
Con un nuevo entrenador al mando, Paulo Fonseca, el conjunto blanquiazul arrancó bien pero se gripó pronto. En noviembre sufrió un bache -dos empates y una derrota frente a rivales teóricamente inferiores- y desde entonces no volvió a enderezar el rumbo.
Benfica, Sporting de Lisboa, Estoril, Marítimo, Académica y Nacional han logrado superar al Oporto esta temporada, lo que contrasta con la anterior, cuando terminó invicto.
La marcha de Fonseca a principios de marzo y la llegada del interino Luís Castro al banquillo blanquiazul procedente del filial tampoco surtió efecto en el campeonato doméstico. En cuatro duelos ligueros, dos derrotas y dos victorias conforman su bagaje.
Sin embargo, en Liga Europa consiguió una meritoria clasificación para los cuartos de final al apear al Nápoles de Rafa Benítez y en la ida de las semifinales de la Copa de Portugal cuenta con una ligera ventaja al haber ganado en la ida 1-0 al Benfica.
Entre los jugadores, la única nota positiva en los últimos meses ha sido la irrupción de Ricardo Quaresma, quien se ha erigido en el principal "agitador" del juego de un Oporto inconstante y falto de pegada, a pesar de que el colombiano Jackson Martínez es artillero del campeonato, con 16 tantos.
Aun así, el carácter indómito de Quaresma ya le ha jugado malas pasadas, y el duelo contra el Nacional del fin de semana dejó imágenes polémicas, con el extremo luso -ex del Barcelona, el Inter de Milán y Chelsea- envuelto en varias discusiones subidas de tono con futbolistas rivales.
El Oporto, bicampeón europeo (1987 y 2004) y de la UEFA (2003 y 2011) llega en este ambiente revuelto a la cita crucial del jueves contra el Sevilla con el objetivo avanzar un paso más para lograr el único título que le permitiría salvar una campaña por el momento aciaga.