El virus ha obligado a la suspensión de competencias. En riesgo, el Mundial de Clubes.
Lass Bangoura puede ser desconocido para muchos en el entorno del fútbol. No ha hecho goles decisivos ni ha sido fichado por un club prestigioso; sin embargo, en la última semana su nombre le dio la vuelta al mundo. Lass es futbolista, es africano y es de Guinea Conakri, uno de los países con más casos del virus mortal de ébola, que tiene en alerta al planeta.
Lass fue noticia porque abandonó inesperadamente la concentración de su selección nacional, ante la ira de su entrenador. Lo hizo para evitar riesgos de contagio y para la tranquilidad de sus compañeros del club Rayo Vallecano, de la primera división de España, donde juega en la actualidad.
La decisión de este joven de solo 22 años tuvo mucha repercusión. El jugador narró a su regreso a Madrid que, al enterarse de la preocupación de sus compañeros españoles por su presencia en África, decidió tomar un avión y salir de la concentración en Marruecos, donde su selección se enfrentó a Ghana el pasado sábado, ya que en Guinea hay prohibición de jugar por prevención de contagio.
Guinea, Sierra Leona y Liberia (en África occidental) son el foco de este virus, que ya ha dejado unos 5.000 muertos, según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Guinea Conakri –como se la conoce para diferenciarla de las otras Guineas–, lleva más de 700 muertos y casi un millar de casos confirmados.
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Saludo entre los capitanes de Cemrún (Izq.) y Sierra Leona, el país más azotado por el ébola y que ha sido discriminado. (AFP)
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En el deporte hay temor por la propagación, debido a la movilización de personas que generan las competencias y al contacto físico con posibles portadores del virus, ya que el contagio es muy fácil.
“La transmisión es de contacto directo, por saliva, sudor, un estornudo, tos, cualquier secreción, el contacto piel a piel; es decir, el contacto directo con alguien contagiado”, explicó el médico deportólogo colombiano Alexánder Niño.
Ante la propagación y la alarma mundial, la Confederación Africana de Fútbol cambió las sedes de varios partidos de la eliminatoria para la Copa Africana que se iban a jugar en zonas de alto riesgo. Incluso, la fase final, que será en enero del próximo año, está en veremos, ya que el país organizador, Marruecos, ha sugerido que se retrase el torneo por temor al virus. Está pendiente la respuesta de la Confederación Africana, que se reunirá el próximo 2 de noviembre para tomar decisiones.
El virus de la discriminación
Mientras que Bangoura se marchaba a España, otros jugadores africanos sí permanecieron en sus selecciones, y tuvieron que someterse a intensas pruebas médicas. Hay miedo al contagio, pero también al rechazo. Quizá esa fue la razón que impulsó a Lass a regresar con sus compañeros españoles. Ser africano, haber estado en África o en contacto con africanos ha exacerbado brotes discriminatorios y pánico. Michael Essien, por ejemplo, figura del Milán de Italia y de la selección de Ghana, soportó versiones sobre su supuesto contagio. Debió desmentir esa información en Twitter: “No son ciertos los rumores de que he contraído el ébola. Estoy muy bien”.
Los jugadores africanos que regresaron a sus clubes en ligas europeas están bajo constante supervisión médica, como sucedió en el Newcastle, de la Liga inglesa, con el regreso del marfileño Cheick Tiot y el senegalés Papiss Cissé.
Pero la situación más dramática la vivieron los futbolistas de las selecciones de países con mayor riesgo de contagio, que no solo tuvieron que vivir el excesivo control médico durante los recientes juegos clasificatorios a la Copa Africana, sino el rechazo de los aficionados, africanos también.
Una de esas selecciones es la de Sierra Leona, país catalogado como uno de los más impactados por el ébola. Por tal razón, esa selección, al igual que Guinea, no pueden disputar partidos de fútbol en su país; deben hacerlo en otras naciones, donde no solo se sienten visitantes, sino discriminados.
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Aficionados de Nigeria, durante los controles sanitarios. (AFP)
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“Ébola, ébola”, les gritaron en los entrenamientos de preparación para los juegos contra Camerún que debieron disputarse justo en Yaoundé, capital de ese país.
Medios internacionales retrataron el drama que vivieron los jugadores, a quienes sometieron hasta a cuatro exámenes médicos antes de regresar a sus clubes en otros continentes. Dicen las referencias de prensa que hace un mes, en los duelos contra Costa de Marfil, los jugadores rivales ni siquiera les estrecharon la mano, o que en los aviones los pasajeros se negaron a viajar con ellos al saber su nacionalidad. También tuvieron dificultades para hospedarse, ya que en los hoteles los huéspedes se quejaron por su presencia.
"Uno se siente humillado, como si fuese basura, y le entran ganas de golpear a alguien", dijo John Trye, el portero suplente.
El Mundial de Clubes, en riesgo
Ante la incertidumbre por la realización de la Copa Africana de Naciones en Marruecos, hay otra incógnita: el Mundial de Clubes, que se realizará allí en diciembre y en el que estarán como principales equipos Real Madrid, de España, y San Lorenzo, de Argentina.
"Todavía faltan dos meses para disputar el torneo y escucharemos lo que digan los expertos y las autoridades. Respetaremos lo que nos planteen, porque las autoridades médicas saben perfectamente lo que hacen", dijo Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del Real Madrid, al diario Sport. El defensor del San Lorenzo Gonzalo Prósperi fue más contundente: "Hablamos más del ébola que del Real Madrid", dijo.
Ante el pánico, la alarma y la precaución, la disputa de la competición en ese país africano será discutida en los próximos días por la Fifa, ya que la Comisión Médica también está muy preocupada.
El ébola afectó otros deportes
El Tour de Faso es considerada una de las pruebas ciclísticas más importantes del continente africano. Desde 1987 se disputa ininterrumpidamente y desde el 2005 pertenece al Circuito Continental de la UCI para África. Estaba por comenzar el próximo jueves, pero el propio gobierno tuvo que suspenderla al considerar imprudente un evento que implicara grandes aglomeraciones.
También hubo medidas en los pasados Juegos Olímpicos de la Juventud, celebrados en la ciudad china de Nankín, el pasado agosto, cuando la organización vetó a cinco deportistas por su nacionalidad –eran de Liberia, Nigeria y Sierra Leona– por prevención.
Cinco casos de colombianos
Carlos Bejarano, César Rivas, Mauricio Mina, Jimmy Bermúdez y Rolan de la Cruz son nacionalizados de Guinea Ecuatorial y han jugado para la selección, aunque esta no está en competencia ahora.