Jénnifer Caicedo hizo parte de la generación dorada del patinaje colombiano. De su velocidad, Colombia sacó provecho (era especialista en las pruebas de 300, 500 y 1.000 metros), y siete títulos del mundo en Venezuela (2003), China (2005), Corea del Sur (2006), Colombia (2007) y España (2008) ayudaron a formar y a consolidar el poderío de patinaje nacional ante el mundo.
Pero siempre quiso más. Nunca se conformó con lo logrado y pese a que era fundamental en la selección de Elías del Valle, que también conformaban figuras como Cecilia Baena, Álexandra Vivas, Silvia Natalia Niño, Kelly Martínez, entre otras, dio un paso gigante buscando la cima de su carrera: participar en unos Juegos Olímpicos.
Intentó para las justas de invierno realizadas en el 2010 en Vancouver (Canadá), en donde tuvo que radicarse en este país para cumplir con los entrenamientos y las competencias que le permitieran mejorar sus tiempos, pero estos no fueron los apropiados, aún estaba muy lenta. Sin embargo, y por la falta de una federación de deportes de hielo en Colombia tuvo que recurrir a la nacionalización. Corrió por Argentina durante algunos años, y hasta estuvo a medio segundo de lograr el cometido. Luego, y tras tantos intentos fallidos y algún dinero invertido, desistió y regresó de nuevo al patinaje convencional, donde logró algunos triunfos que hoy lucen en su palmarés.