La decisión de Florentino Pérez de cesar a Rafa Benítez este y colocar a Zinedine Zidane en el banquillo del Real Madrid deja a un futbolista capital de la plantilla a verlas venir.
Gareth Bale quiere saber qué papel tendrá a partir de ahora en los esquemas del francés, cuyo estilo de juego se presume tremendamente diferente al de un técnico, el madrileño, que en parte por orden del club, en parte por convicción, había intentado construir un equipo más o menos en torno a la figura del galés desde el principio de la temporada.
Después de un segundo año muy complicado en España y en el que en lugar de mejorar lo hecho en su primera temporada empeoró en nivel futbolístico y en números, Bale pidió el pasado verano al Madrid que le apartaran de la banda. La obligación de jugar por la derecha, a pierna cambiada debido a la presencia de Cristiano en el costado zurdo hacía que el futbolista de Cadiff no pudiera desplegar todas sus virtudes.
En su última temporada en el Tottenham, Bale había evolucionado jugando desde la izquierda hacia posiciones más centradas, y solicitó al club blanco jugar por el centro, algo que también hace habitualmente con su selección.
El Madrid aceptó, y la primera tarea de Rafa Benítez cuando aterrizó en el club fue ir a hablar con Gareth y explicarle sus planes, que en parte giraban en torno a potenciar su figura.
Pero ahora Benítez ya no está, y por tanto Bale tendrá que volver a partir de cero y en igualdad de condiciones con respecto a sus compañeros. El galés es de los pocos jugadores del vestuario merengue que no quería la marcha del técnico.
El periodista Guillém Balagué, experto en fútbol británico, desvelaba en las últimas horas que el 'Expreso' de Cardiff está "destrozado" por el adiós del técnico. Aunque también cabe recordar que Zidane fue una de las figuras principales del Real Madrid que recomendaron su fichaje en el verano de 2013, por lo que la relación entre ambos no tendría por qué ser mala.
