El colombiano Nairo Quintana dio ayer un golpe de autoridad en la Vuelta a España, abriendo más hueco con el británico Christopher Froome, segundo en la general, tras la etapa 15, que ganó el italiano Gianluca Brambilla en Formigal.
Quintana tiene ahora un poco más cerca la victoria final en la ronda española, después de que su rival más cercano en la general, Froome, perdiera más de dos minutos y medio respecto al colombiano. Quintana aventaja ahora en 3’:37’’ al británico, mientras que el tercero, el también colombiano Esteban Chaves, está a 3’:57’’.
“Salió una gran etapa, cuando menos lo esperábamos se ha sacado más diferencia que en las grandes montañas”, dijo Quintana, que ahora cuenta con una ventaja suficiente, al menos sobre el papel, para aguantar la contrarreloj del viernes.
Quintana y Brambilla se metieron en la escapada que marcó la jornada, iniciada prácticamente al comienzo de la etapa cuando Alberto Contador lanzó un ataque, formándose un grupo de una quincena de corredores.
El arreón del tres veces ganador de la Vuelta a España (2008, 2012 y 2014) sorprendió a Froome y al Sky, mientras que el Movistar siguió el movimiento colocando, además de Nairo, a otros dos hombres, que sirvieron de escuderos al colombiano.
Froome se quedó cortado atrás en otro grupo completamente aislado, mateniéndose durante la mayor parte de la carrera en torno a los dos minutos por detrás del grupo de Contador y Quintana. El británico parecía resignado a ver cómo se le estaba escapando la posibilidad de hacer un doblete Tour-Vuelta.
Mientras tanto, Quintana lanzó un ataque en los últimos ocho kilómetros de ascensión a la meta en la estación de esquí de Formigal, al que se agarraron Contador y Brambilla, pero el madrileño empezó pronto a quedarse atrás. Quintana y Brambilla llegaron juntos hasta 300 metros de la meta, cuando el italiano se fue por la victoria de etapa.