En 7 años, Chapecoense pasó de jugar en la cuarta categoría a la Primera División (2009 en la Serie D, 2012 en la Serie C, 2013 en la Serie B y 2014 en la Serie A), y se alistaba para disputar la final de la Copa Sudamericana.
Jamás un sueño tuvo un final más trágico. La última página de la epopeya del Chapecoense brasileño se escribió en la noche del lunes, cuando el avión con matrícula CP2933, ya señalada de por vida, se estrelló en el departamento de Antioquia, Colombia, en las proximidades de Medellín, a donde el equipo se dirigía para enfrentar el duelo de ida de la final de la Copa Sudamericana ante el Atlético Nacional. Iba a ser el capítulo más brillante en sus 43 años de vida.
Con sitio en la ciudad brasileña de Chapecó, de 200.000 habitantes, hace apenas siete años se encontraban en la Serie D, la cuarta división futbolística del país. Unos ascensos fulgurantes le llevaron al Brasileirao, primera división del país, de cara a la temporada 2014. La temporada siguiente se estrenó en competición continental con su primera participación en la Copa Sudamericana, clasificado por su buena participación en la Copa de Brasil.
En aquella ocasión, su sueño se truncó en cuartos de final, cuando River Plate les apeó de la competición. Su historia se iba a escribir con letras de oro en la actual temporada.
Hizo soñar al continente
La gloria les estaba esperando en este 2016. El pequeño equipo brasileño volvió a la Copa Sudamericana, de nuevo por realizar un buen papel en la Copa de Brasil. Se estrenó en segunda ronda ante sus compatriotas de Cuiabá, un modesto club de la Serie C brasileña, campeón de la Copa Verde, un campeonato regional brasileño.
Tras superar con facilidad ese primer escollo, Chapecoense se empezó a postular como una de las historias más atractivas del fútbol mundial: en octavos, se deshicieron del Independiente argentino, dirigido por Gabriel Milito. Sendos 0-0 dirimieron que el ganador de la eliminatoria fuera el ‘Chape’, gracias al arquero Danilo, que detuvo el penalti decisivo a Tagliafico.
En cuartos, remontaron en casa el 1-0 de la ida ante el Junior, en una gran noche que contó con Ananias, Gil y Thiego como protagonistas. El 3-0 ya hizo temblar el estamento futbolístico continental. Pero lo mejor estaba por llegar.
En semifinales, tocaba un gran ‘coco’. San Lorenzo, campeón de la Copa Libertadores en 2014, vio cómo el pequeño Chapecoense osó eliminarle de una competición que parecía predestinada a que se jugara contra Atlético Nacional. El 1-1 en Boedo, con gol del fallecido Ananias, fue decisivo, pues la vuelta finalizó 0-0 y la locura se desató en el seno del club brasileño.
Para el recuerdo quedarán las enormes paradas del guardameta Danilo en la vuelta ante San Lorenzo. Sus atajadas llevaban la fuerza del pequeño contra el grande, la ilusión del que sabe que está a un paso de completar el logro más bonito de toda su historia.
¿Y la Sudamericana qué?
Tras la tragedia, la pregunta que queda en el ambiente futbolístico es ¿quién será declarado campeón de la Copa Sudamericana 2016?
Lo primero que hay que decir es que lo que se diga sobre este tema en este momento es mera especulación.
Segundo, lo que hay, por ahora, es incertidumbre, pues no existen antecedentes de un hecho similar en la disputa del torneo, y tampoco hay consideraciones al respecto en su reglamento.
Nacional, mediante comunicado de prensa, expresó: “Atlético Nacional invita a Conmebol a que el título de la Copa Sudamericana le sea entregado a la Associacao Chapecoense de Futebol como laurel honorífico a su gran pérdida y en homenaje póstumo a las víctimas del fatal accidente que enluta nuestro deporte”.
Por su parte, Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol, señaló: “Si ese fue un gesto, es muy valorable, sin embargo, creo que ahora es momento de ponernos a trabajar, hablar con la gente, con nuestros pares de Brasil y por supuesto (...) con la gente de Nacional”.