A pesar de que la selección paraguaya se alzó con la victoria el pasado miércoles ante Venezuela, es obvio que los guaraníes se sintieron desplazados por una Vinotinto que los “aplastó” en el terreno de juego.
Por supuesto, la molestia de los suramericanos ya venía de antes, cuando en primera ronda los jugadores venezolanos lograron marcar dos goles en menos de cinco minutos y voltear el resultado.
Los paraguayos, ante una ira acumulada hacia nuestra selección, se dirigieron con burlas e insultos hacia los jugadores y los técnicos de la Vinotinto, quienes, como humanos que son y para defender el nombre de Venezuela, no aguantaron la rabia y se fueron a las manos.
El delantero venezolano, Nicolás Fedor, fue uno de los más “evidentes” al momento de demostrar su descontento ante el ataque guaraní, y es que fueron varios los derechazos que el jugador vinotinto le mando a sus homólogos de Paraguay.
Que irse a los golpes está mal, es cierto.
Que juego de manos es juego de villanos, también es cierto.
Pero también es cierto que, cuando se trata de defender a Venezuela y la Vinotinto, todo se vale.