Marco Davalillo comienza a ver la tierra prometida. Las 30 victorias, cifra a la que llegó ayer, aclaran el horizonte de su panorama. Mientras, Rick Sweet se ve cada vez más perdido e indefenso. Porque cada derrota lo arrastra hacia las fauces de un remolino que lo conduce a la eliminación.
Los vecinos del beisbol profesional venezolano viven realidades diametralmente opuestas. Anoche, en el octavo duelo de la temporada, La Guaira desplegó esa ofensiva que lo ha llevado al primer lugar de la tabla de posiciones y hundió aún más al Caracas. Fue una victoria 8-2 que bien representa lo que han vivido ambos conjuntos desde el inicio de la temporada. Y que acentuó el derrotero de los dos.
Armando Galarraga contuvo esa temible toletería de La Guaira, que ha desafiado la ley de los promedios con un average colectivo de .280. Pero cuando le entregó el testigo a su cuerpo de relevistas, vino la debacle. Y La Guaira ejecutó, como casi siempre.
Tiburones se convirtió en el primer equipo que llega a 30 victorias en la temporada, gracias a esa artillería que ostenta el mejor average (.280), porcentaje de embasado (.356) y slugging (.411). “Es verdad que son 30 triunfos, pero todavía no hemos logrado nada”, dijo el manager Marco Davalillo.
El héroe del compromiso fue Rafael Álvarez, el curtido toletero que está próximo a alcanzar los 100 dobletes de por vida después de disparar tres ayer, contra Caracas. Pero sólo uno bastó para liquidar las aspiraciones de sus rivales. Ese que disparó en el séptimo inning, y que socavó las bases del bullpen de Leones.
“He tenido que hacer ajustes para tener paciencia y poder salir en situaciones de apremio para dar el batazo oportuno”.
“Todos me estaban echando broma”, sonrió el slugger de 34 años de edad, que ha tenido un modesto rol en la formidable alineación de La Guaira. “He tenido que hacer ajustes para tener paciencia y poder salir en situaciones de apremio para dar el batazo oportuno”.
Su doblete llegó ante los envíos de Víctor Gárate, que esta temporada no ha lucido tan efectivo como otrora; y trajo dos carreras al plato que revirtieron la desventaja de una carrera en el marcador. Fue el augurio de la debacle caraquista. Porque después de ese tubey vinieron cuatro carreras más que zanjaron el encuentro a favor de Tiburones.
Caracas, por su parte, lamentó su 28° derrota de la temporada. Y a falta de 14 juegos para que termine la ronda regular, sólo una racha puede cambiar el rumbo de su destino. Porque para emular las 30 victorias que logró ayer La Guaira, y que prácticamente otorgan un boleto a la postemporada, necesitan ganar 9 de los últimos 14 juegos.
“La ofensiva desperdició oportunidades”, lamentó el manager del Caracas, Rick Sweet. “Y eso le pone mucha presión al bullpen, porque no tienen margen de error. Hoy tuve mi mejor lineup. Y sentí que tuve a los hombres correctos en los momentos correctos, pero no hicimos el trabajo. Necesitamos jugar mejor beisbol”.
El tiempo, sin embargo, corre en su contra.
