34 años pasaron para que se igualara uno de los récords que parecía inquebrantable. Muchos lo intentaron y se acercaron, pero solo un verdadero jonronero como Alex Cabrera fue capaz de escribir su nombre en la historia junto al mítico Baudilio Díaz. El 14 de diciembre quedará en la memoria de todos los amantes del béisbol profesional como el día en que el “Samurái” sacó su cuadrangular número 20 en la parte final del tercer inning frente a los envíos del norteamericano Walter McKiernan.
Cabrera dio la vuelta al cuadro ante la ovación que le brindaron los asistentes al escenario capitalino, y recibió en el home un pendón alusivo a la hazaña conseguida. Tras abrazar a todos sus compañeros el público exhortó su aparición y nuevamente hizo estallar en júbilo a los 7.177 testigos del gran momento.
“Esta es la satisfacción más grande que he sentido en mi carrera como pelotero. Romper un récord es algo que todo jugador quiere hacer y Dios me dio la dicha de poder hacerlo”, expresó emocionado el “Samurái”. Cabrera agregó que a pesar de haber tenido un mes de octubre sin jonrones todo cambió en noviembre, y fue entonces cuando se convenció de que si podría alcanzar la cifra de los 20 cuadrangulares.
RAMÓN FUE SU INSPIRACIÓN
Durante toda la temporada Alex Cabrera ha manifestado que ninguno de sus logros actuales serían posibles sin el apoyo de su hijo Ramón. El slugger ha sido consecuente en decir que su decisión de seguir jugando a la pelota tiene que ver mucho con la insistencia de su hijo y las ganas de demostrarle a todos que “hay Samurái para rato”.
EL AFORTUNADO
La pelota fue capturada por un fanático guarista en las gradas de la izquierda del parque Universitario. Armando Arteaga fue el afortunado que pudo ser parte de este hecho histórico. Tras declarar a la prensa, el aficionado bajó hasta las instalaciones del clubhouse litoralense y le entregó la pelota a Cabrera sin pedir nada a cambio. “Este logro es suyo y por eso la pelota también”, dijo emocionado Arteaga en su encuentro con el gran 38 de Tiburones.