Unos 300.000 visitantes de todo el mundo acudirán a los partidos de la Copa del Mundo a lo largo y ancho de Brasil, desde la húmeda región amazónica hasta las zonas más frías al sur del país, desde las ciudades del noreste hasta Río de Janeiro, donde la estatua del Cristo Redentor abre sus brazos sobre el estadio de Maracaná donde se jugará la final del torneo.
El evento de un mes de duración comienza el 12 de junio cuando la ciudad más grande de Brasil, Sao Paulo, alberga el partido inaugural.
Todavía se están resolviendo los preparativos de último minuto para la avalancha de aficionados, y apenas se están terminando los últimos detalles en los estadios donde se jugarán los partidos y en los aeropuertos a los que llegarán los visitantes.
Los vendedores arreglan sus mercancías sobre el Mundial, que abarcan desde llaveros hasta camisetas. Varios productos exhiben a la mascota oficial del torneo, el armadillo de tres bandas de Brasil, que se puede enrollar como un balón de fútbol cuando se asusta.
La seguridad se reforzó con 157.000 soldados y policías asignados a mantener el orden durante el torneo. Se esperan más protestas contra los miles de millones de dólares que gastó el gobierno para realizar el evento, pero las autoridades dicen que anticipan manifestaciones tan intensas como las del año pasado. Algunos policías trataron de aprovechar las preocupaciones sobre seguridad durante el Mundial para presionar aumentos salariales, al organizar huelgas que provocaron saqueos y caos.
La Copa del Mundo parece estar en la mente de todos mientras los residentes de las ciudades pintan paredes con graffitis inspirados en el fútbol, algunos de ellos para darle la bienvenida al torneo, otros que se quejan de los costos. Un mural en una escuela de Sao Paulo del reconocido artista urbano Paulo Ito, que se volvió viral en las redes sociales, muestra un hambriento niño brasileño que llora mientras, con cuchillo y tenedor en la mano, le sirven un balón de fútbol en un plato.
Mientras que los adultos debaten el aspecto político del Mundial, los niños de toda la región se animan con partidos improvisados. A ellos los inspiran los héroes deportivos que representarán a sus selecciones, y muchos sueñan con anotar algún día el gol que lleve el trofeo a su país.