Leo Messi ha llorado demasiadas veces por la selección albiceleste, ¡le ha visto llorar tantas veces!. Llorar al principio cuando no le querían, cuando decían que no sentía la camiseta, que no sentía el himno. Llorar en Rosario cuando salía goleado por Brasil y le silbaban porque no entendían su fútbol. Llorar cuando intentaba explicar que en Barcelona seguía haciendo vida de rosarino y no le creían y les juro que era así. Siempre dije que no conocía un argentino más argentino que Messi.
Necesitó Leo recoger Balones de Oro para que entendieran que igual era un buen futbolista, que quizá tenían que darle un poco de cariño. Necesito Leo estar siempre disponible para la selección, pensar incluso en la albiceleste por encima de cualquier otra cosa - y eso el Tata Martino lo sabe bien- y cuando por fin le idolatran, cuando por fin en su país le respetan, llega primero la desilusión del Mundial de Brasil, la final en Chile y ahora esta maldita tanda de penaltis que le destroza por dentro. Tuvo que fallar el más grande. Tuvo que fallar él. No dudó a la hora de lanzarlo, ni un segundo, pero la maldición que persigue a Messi con la selección se hizo presente en NY para decirle a Messi que no cambiaría la historia.
Leo no volverá a la selección, no quiere volver por sus compañeros, ha llegado a un punto que piensa que es todo culpa suya. Si hasta se dejo barba para romper el gafe... Cree Messi que esta generación de futbolistas puede ganar sin él, que ganará sin él, que debe apartarse de su camino. Tiene que ver mucho con Diego Armando Maradona. Nunca se ha sentido cómodo Leo en la comparación porque nunca quiso Leo superar a Diego. Y es como si esa barrera psicológica le acompañase de por vida, Maradona regaló a Argentina lo que Leo Messi no ha podido conseguir en el campo siendo el mejor del mundo. Y Leo ha dicho basta. Basta de lágrimas, de sufrimiento, pero sobretodo basta de sentimiento de culpa, cree sinceramente que no podrá cambiar la historia de su vida, está escrito que el más argentino de los argentinos que yo conozco no pueda levantar un gran título con su selección. Destino cruel.
