En esta conversación tengo dos privilegios: que Francisco Maturana, el más grande y exitoso técnico del fútbol colombiano, me permita algunas pinceladas de su vida. Y segundo, que hable delante de su hija Daniela, hoy convertida en concejal de Medellín.
No soy periodista deportivo y seguramente eso le da más confianza. El tema central no es el fútbol –aunque invevitable- la cuestión es hablar de la vida. Y lo hacemos un sábado al empezar la noche, en Medellín, en un sitio que él escoge.
“Pacho”, como le dicen sus amigos, “doctor” Maturana (es odontólogo) o “profe” como lo citan otros, advierte que guarda celosamente su intimidad, y claro que lo ha hecho a lo largo de sus casi 70 años:
– “Yo creo que un personaje público debe cuidar su vida privada porque si no está expuesto a los comentarios, a la envidia, a la descalificación del público. Cuando vos preservás tu vida pública te volvés más interesante. A mí se me antoja que la vida privada es la vida privada y está ahí”.
El fútbol se está “bastardeando”
El poder de la edición me permite poner en orden distinto este diálogo y no resisto demorar una aseveración aplastante de Maturana sobre el fútbol de hoy, él que fue jugador, técnico de equipos nacionales y llevó a los escenarios mundiales el fútbol colombiano:
- Creo que hay que hacer una revisión porque a mí me parece que el negocio del fútbol se está bastardeando.
¿Qué es bastardear?
Putear, prostituir.
Y se explia:
El negocio está bastardeando al fútbol. Ya no hay proyecto, ya el proyecto no vale, lo que vale es vender, vender, vender, y poner el jugador X, poner al jugador Y. Nadie piensa en un plan de juego, todo el mundo piensa en cómo gano ese partido. Es lo que siento. Yo denuncio eso.
¿Hay corrupción en el fútbol?
En España alguien me decía que el problema de Colombia es que viven muchos vivos juntos. La corrupción de Colombia es muy tesa, los bandidos que ha tenido Colombia son muy tesos. Colombia es un país de monstruos, buenos y malos, hay talento de sobra.